Los deepfakes son algo más que un meme. Son un ejemplo de cómo la IA y el aprendizaje automático pueden utilizarse para crear vídeos e imágenes realistas, y podrían cambiar el marketing para siempre.
¿Qué es un deepfake? Los deepfakes son vídeos o fotos que han sido editados con la ayuda de la inteligencia artificial (IA) para hacer que el rostro en cuestión haga o diga algo.
Suena arriesgado y controversial, ¿verdad? Sin embargo, en las manos correctas también puede ser una poderosa herramienta de marketing.
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¿Qué son los deepfakes?
Los deepfakes son archivos de vídeo, imagen o audio que, tras una manipulación por parte de una inteligencia artificial (IA), aparentan ser auténticos y originales. Se refiere al proceso de creación de rostros falsos generados por la inteligencia artificial para que digan o hagan lo que se desee.
Los deepfakes son un producto del aprendizaje automático. El término deepfakes es un acrónimo de dos palabras que describen el método de creación: deep learning y fakery.
El deep learning es el estudio de la inteligencia artificial en el que se anima a los ordenadores a aprender por sí mismos midiendo ejemplos, modificando acciones en función de los resultados medidos y corrigiéndose a sí mismos. La farsa es el acto de engañar inventando o manipulando la información sin ninguna indicación de que no son genuinas.
¿Cómo se pueden aplicar los deepfakes al marketing?
Los deepfakes ya han comenzado a tener aplicación en el marketing durante los últimos años. Uno de los más famosos ha sido el spot de Cruzcampo, Con Mucho Acento, que traía a la vida de nuevo a Lola Flores.
Los deepfakes son el siguiente paso en la evolución del marketing Con el aprendizaje profundo, es posible hiperpersonalizar las campañas de marketing insertando cualquier tipo de rostro en un vídeo. Así, por ejemplo, podrías crear una campaña en la que jugases con los tonos de la voz, edad o gestos según el cliente al que te dirigieses.
Por otro lado, también puedes crear vídeos personalizados de tus clientes utilizando o llevando tus productos. Por ejemplo, en el caso de una empresa de moda sería muy interesante para el negocio que los clientes se viesen a sí mismos llevando determinadas prendas de la última colección.
Otra aplicación de los deepfakes es educar a tus clientes sobre cómo utilizar un producto. Imagínate insertar una cara en un tutorial online sin costes adicionales. El cliente seguiría el vídeo y se sentiría como si estuviera viendo a alguien en su casa que le estuviera enseñando a usar su producto; esto podría ser muy eficaz para ayudar a los clientes a aprender sobre ciertos productos.
Hay miles de aplicaciones para los deepfakes en el marketing, pero lo más importante es mantener siempre la honestidad y veracidad. Si decides jugar con esta tecnología, es esencial que los clientes no sean engañados ni se sientan estafados.
¿Qué riesgos conlleva utilizar deepfakes?
Esto nos lleva a los riesgos que trae el hacer uso de deepfakes y que debemos evitar a toda costa.
El mayor riesgo del uso de deepfakes es que pueden llevar a la gente a desconfiar de cualquier cosa que vean en las redes sociales. A los consumidores les resultará difícil diferenciar entre los vídeos reales y los falsos en sus redes sociales, lo que podría llevar a incertidumbre y desconfianza.
Es por esto que los negocios se tienen que centrar en utilizarlos para transmitir los mejores valores de una empresa de manera positiva y sin caer en engaños.
El futuro de los deepfakes es aún incierto, pero no cabe duda de que se trata de nuevas tecnologías fascinantes que los profesionales del marketing deben estudiar detenidamente si quieren seguir siendo competitivos en los próximos años.
La IA puede ayudar a tu empresa
Hay muchas formas en las que la tecnología detrás de los deepfakes podría utilizarse en su empresa. Algunas de esas aplicaciones incluyen la realización de vídeos para campañas de marketing o incluso la creación de un chatbot impulsado por la IA como parte del servicio de atención al cliente.
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